Noche tibia sensación placentera. Los sones abstractos de las vías colmaban sus
oídos eufóricos. Pensaba en el puerto que veía tan seguido...puerto de colores
impresionistas y hombrea sucios de brazos mojados y brillosos y vello crecido y
húmedo. Hombres impasibles a la lejanía maravillosa, al cielo entre los barcos, al
paisaje de conjunto, al suelo atiborrado de objetos de lugares remotos como
pedazos de mundo en el melancólico corazón de un mar...
Sí. Hundirse una noche en las calles del puerto. Caminar, caminar...
Sí. Sola. Siempre sola. Lenta, muy lentamente. Y el aire estará enrarecido, será un
aire cosmopolita y el suelo lleno de papeles de cigarrillos que alguna vez
existieron, blancos y hermosos.
Sí. Se seguirá caminando. Hundirse, oscuridad, caminar...
Sí. Y una estrella dará su color al ancla de plata que llevaba en su pecho. Tirar el
ancla. Sí. Muy junto a ese barco gigante de rayas rojas y blancas y verdes...irse, y
no volver.
lunes, 5 de octubre de 2015
PUERTO ADELANTE
15:18
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Pierre-Albert_Marquet
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