Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencia,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
comoa dos animales pequeñ
perdidos en el desierto.
Han venido
a incendiar la edad del sueño
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de mo
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.
Tú lloras debajo de tu llanto,
tú abres el cofre de tus deseo
y eres más rica que la noche.
Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan
Jose Royo
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