lunes, 5 de octubre de 2015

LA CAÍDA

Música jamás oída, 
Amada en antiguas fiestas. 
¿Ya nunca volveré a abrazar 
al que vendrá después del final? 
Pero esta inocente necesidad de viajar 
entre plegarias y aullidos. 
Yo no sé. No sé sino el rostro 
de cien ojos de piedra 
que llora junto al silencio 
y que me espera. 
Jardín recorrido en lágrimas, 
habitantes que besé 
cuando mi muerte aún no había nacido. 
En el viento sagrado 
tejían mi destino. 





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